Capítulo 1: El entierro
El calor del verano se notaba más que nunca en un pequeño pueblo de la Comunidad de Madrid. Eran las 17:00 de la tarde. Sofía, una joven, estaba vestida de negro en el entierro de su amiga Patricia.
Cuando ella intentó salvarla, una bomba explotó en su casa, donde ella estaba dentro. Patricia no la había visto ni muerta, ya que los forenses la dijeron que el cadáver estaba casi irreconocible, pero que el ADN confirmaba que era ella.
Una vez enterrada, Sofía se dirigió a un coche con los cristales tintados. Allí dentro estaba un hombre.
-¿Lo has conseguido?-dijo Sofía.
-Sí-dijo el hombre-, aunque me ha costado mucho.
El hombre le entregó a Sofía un pasaporte falso con otro nombre para su madre. Sofía quería poner a su madre a salvo.
Sofía fue a su casa y salió más tarde con su madre de la casa. Fueron al aeropuerto y allí la madre de Sofía huyó a Francia. Sofía ahora estaba algo tranquila, ya que su madre estaba a salvo.
En ese momento, Sofía recibió una llamada del hospital: Gonzalo había salido del coma. Sofía se dirigió al hospital para ver a su amigo.
-Hola Gonzalo-dijo Sofía-, ¿cómo estás?
-Estoy bien-dijo Gonzalo-, siento mucho todo Sofía.
-No pasa nada-dijo Sofía-, estabas amenazado, no importa.
-Ahora estoy de tu lado-dijo Gonzalo.
Gonzalo pudo ver la cara triste de Sofía y comprendió que habían pasado muchas cosas mientras él había estado en coma.
-¿Ha pasado algo?-dijo Gonzalo.
-Patricia ha muerto-dijo Sofía.
-¿Cómo?-dijo Gonzalo-, no puede ser… yo… la quería.
Gonzalo comenzó a llorar y se abrazó a Sofía.
-¿Y tu madre?-dijo Gonzalo.
-Está a salvo-dijo Sofía-, aunque sigue habiendo otro problema.
-¿Cuál?-dijo Gonzalo.
-Javier está secuestrado por el asesino-dijo Sofía-, y llevo ya tres días sin saber nada de él.
-Dios mío-dijo Gonzalo-, esto es una locura.
-Pero se ha convertido en algo personal-dijo Sofía-, tú recupérate.
-Pero quiero ayudarte-dijo Gonzalo.
-Lo harás-dijo Sofía-, pero te necesito recuperado.
En ese momento sonó el móvil de Sofía: era un mensaje del asesino.
Capítulo 2: El intercambio
-¿Quién es?-dijo Gonzalo.
-Es él-dijo Sofía-, el asesino.
-¿Qué quiere ahora?-dijo Gonzalo.
-Quiere un intercambio-dijo Sofía-, pondrá a Javier a salvo a cambio de que yo me entregue.
-No lo hagas-dijo Gonzalo.
-Tranquilo-dijo Sofía-, no pienso entregarme, pero iré para salvar a Javier.
-Mucha suerte-dijo Gonzalo.
-Mañana vendré a verte-dijo Sofía-, descansa.
Sofía salió del hospital intentando tranquilizar a su amigo y antiguo amor. Estaba asustada, aunque no lo pareciese.
Por la noche, se dirigió al lugar del intercambio. Estaba preparada para acabar con el asesino de una vez por todas. Llevaba una pistola de su padre, de antes de que muriese.
Justo a la hora indicada en el mensaje, se abrió una caja enorme donde se pudo ver a Javier amordazado y detrás una sombra negra. Sofía sacó su pistola.
-¡Suéltale!-dijo Sofía.
Todo estaba como antes.
-¡Te he dicho que le sueltes!-dijo Sofía.
En ese momento un cuchillo salió disparado hacia Sofía, que lo esquivó y lo utilizó para atacar a la sombra.
Al darle, Javier cayó al suelo. Sofía se acercó corriendo para ayudar a Javier. Le quitó las ataduras y le dio un gran beso en los labios.
Después, se acercó a la sombra y descubrió que se trataba de un robot programado.
-¿Qué es esto?-dijo Sofía.
-No tengo ni idea-dijo Javier.
-¿Dónde está el asesino?-dijo Sofía.
En ese momento, el asesino entraba en la habitación del hospital de Gonzalo y le asentó varias puñaladas en el pecho y después le prendió fuego.
-He pasado mucho miedo pensando que igual te perdía-dijo Sofía.
-No he podido ver el rostro del asesino-dijo Javier-, siempre estaba encapuchado.
-No te preocupes-dijo Sofía-, lo importa es saber que estas bien.
-Ya estoy bien-dijo Javier-, ¿qué tal está tu madre?
-Está a salvo, en Francia-dijo Sofía-, aunque ha pasado algo.
-¿El qué?-dijo Javier.
-Patricia ha muerto-dijo Sofía.
-¿Qué?-dijo Javier-, no puede ser, si estaba fuera de la investigación.
-Pues parece ser que eso no le ha servido de mucho-dijo Sofía-, hoy mismo la hemos enterrado.
-¿Y Gonzalo?-dijo Javier.
-Ha salido hoy del coma-dijo Sofía-, y está…
En ese momento Sofía recibió una llamada del hospital. Le comunicaban lo que le había pasado a Gonzalo.
-Está muerto-dijo Sofía-, me acaban de llamar del hospital.
Capítulo 3: Gonzalo asesinado
Eran las 05:00 am. Sofía y Javier se encontraban en la sala de autopsias del hospital. Estaban destrozados para el asesinato de Gonzalo.
-Ya han caído dos-dijo Sofía.
-Lo que no entiendo-dijo Javier-, es porque ha matado a Gonzalo pudiendo haberme matado a mí que me tenía secuestrado.
-Porque Gonzalo le traicionó-dijo Sofía-, y por eso ha muerto.
-No hay salida Sofía-dijo Javier-, no tenemos nada, Patricia y Gonzalo han muerto. ¿Qué podemos hacer?
-No rendirnos-dijo Sofía-, y estar juntos para acabar de una vez por todas con él.
-¿Cómo?-dijo Javier.
-Tenemos que colarnos en la habitación de Gonzalo-dijo Sofía-, tiene que haber alguna pista.
Los dos consiguieron colarse en la habitación de su difunto amigo. Allí encontraron una tarjeta de un videoclub que se le había caído al asesino.
Al día siguiente, Sofía y Javier se dirigieron al cementerio a darle el último adiós a su amigo Gonzalo. Igual en ese momento, el asesino se encontraba entre ellos.
Después, se dirigieron al videoclub de la tarjeta. El dependiente del videoclub les dijo que no sabían el nombre del cliente de la tarjeta, ya que les llevaba las películas que alquilaba por internet a una zona del parque, donde después las recogía.
Sofía y Javier pidieron la lista de todas las películas que había alquilado. Sólo había alquilado tres películas, pero una de ellas la había alquilado muchísimas veces. Era la película de “Scream”.
-Qué fuerte no-dijo Javier-, la película que más le gusta es en la que sale un asesino encapuchado que mata gente.
-Seguramente el asesino está tan obsesionado con esa película que ahora se ha puesto a hacerlo en la vida real-dijo Sofía.
-¿Y ahora qué hacemos?-dijo Javier.
-Solamente necesitamos la copia de esa película-dijo Sofía-, si es verdad que le gusta tanto, esta noche lo comprobaremos.
Capítulo 4: La proyección
Sofía y Javier colocaron unos carteles en los lugares donde había cometido crímenes el asesino: en la habitación del hospital, en los restos de la casa de Patricia, en el lugar del intercambio, y en la puerta del cine.
Se anunciaba una proyección especial de la película “Scream”. Ponía que las entradas estaban agotadas y que el aforo era para una sola persona.
Sofía y Javier entraron dentro de la sala de cine donde todo comenzó.
-¿Estás preparado?-dijo Sofía.
-Sí-dijo Javier.
-Comencemos la proyección-dijo Sofía.
En ese momento comenzó la proyección de la película en la sala del cine. Habían pasado casi quince minutos de película y no había pasado nada en la sala. Hasta que de repente todas las luces se apagaron.
-¡Saca el arma!-dijo Javier.
Sofía sacó la pistola preparada para disparar al asesino, aunque no veía nada. En ese momento Javier gritó: estaba herido.
-¡Javier!-dijo Sofía.
-No te preocupes por mí-dijo Javier-, ha huido por las escaleras. ¡Corre!
Sofía salió disparada hacia las escaleras. Llegó a un pasillo donde no había nada. En ese momento, el asesino se abalanzó sobre ella intentando acuchillarla.
Sofía consiguió quitárselo de encima pero no llegó a alcanzar la pistola: el asesino le había clavado el pie en el suelo.
El asesino se acercó para matarla con la pistola, pero en ese momento fue Javier el que llegó y golpeó al asesino sacando a Sofía del pasillo y bajando las escaleras.
-¡Se va a escapar!-dijo Sofía.
-Tenemos que irnos de aquí-dijo Javier.
-¿Por qué?-dijo Sofía.
En ese momento los dos observaron una nube de gas tóxico que había comenzado a llenar toda la sala.
-¡No pienso irme de aquí!-dijo Sofía-, ¡si tengo que morir, moriré con él!
Sofía volvió a subir las escaleras buscando al asesino. En ese momento sonó un disparo. El asesino había disparado a Javier en la cabeza desde la parte de arriba de la pantalla.
Capítulo 5: El principio del fin
-¡Noooo!-gritó Sofía-, ¡hijo de puta!
En ese momento Sofía cogió el puñal del suelo y saltó a la parte de arriba de la pantalla. El asesino la disparó, pero falló el tiro.
Sofía descendió rajando la pantalla y cayendo al suelo. La pantalla se rompió en dos y cayó sobre el asesino.
En ese momento, Sofía se acercó el asesino y le quitó la máscara. Vio con sus ojos el rostro del asesino: se trataba de Patricia.
Horas más tarde, Sofía se encontraba en la comisaría prestando declaración mientras Patricia era encerrada en la cárcel.
Sofía había descubierto que Patricia había fingido su propia muerte para poder continuar con los asesinatos sin que nadie sospechase nada de ella.
Por la tarde, se dirigió al cementerio para despedir a Javier. Unas lágrimas cayeron por su cara al observar su tumba y la de Gonzalo.
Sofía salió del cementerio con una rosa blanca en la mano, significando que iba a comenzar una nueva etapa en su vida.
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